viernes, 24 de junio de 2011

Introducción al bordado de punto cruz

Historia

El punto de cruz es una de las formas de bordado más antiguas que se pueden encontrar por todo el mundo. Un poco de historia del punto de cruz a partir de éstos humildes orígenes, ésta actividad artesanal fue evolucionando para convertirse en una técnica decorativa y ornamental. Y así nos han llegado fragmentos antiguos de ropa hallados en yacimientos arqueológicos de Egipto (500 a.de C.) o del Asia Central (850 a. de C.) donde aún hoy se utiliza en los trajes tradicionales de aquellas regiones.
El verdadero punto de cruz, idéntico al que se realiza actualmente, hizo su aparición en Europa durante la Edad Media, para luego difundirse ampliamente durante el Renacimiento. Ya en el año 1500 empezaron a circular los primeros esquemas, verdaderos modelos de temas típicos y recurrentes: decoraciones florales, heráldicas y religiosas, llenas de símbolos como cruces, cálices y palomas. Las telas sobre las que se bordaban no comprendían aún el algodón, sino que eran el lino, la seda y la lana. También se disponía de pocos hilos de colores. Durante mucho tiempo el más difundido fue el rojo, capaz de soportar mejor que los demás los lavados.
Actualmente el hilo de algodón mercerizado es el material más utilizado. Consiste en un hilo fabricado en algodón y compuesto de seis hebras poco retorcidas para que se puedan separar fácilmente. También se suele utilizar el hilo de algodón perlado, la seda y el rayón. En ocasiones se utilizan diferentes hebras de lana, metalizadas o algunas otras especiales, a veces para todo el bordado o simplemente para detalles y adornos.

El punto de cruz
Es una forma popular de bordado en la que se usan puntadas que quedan en forma de x. Emplea también otras puntadas, entre ellas las de ¼, ½, ¾ y de punto atrás. El punto de cruz se realiza usualmente sobre tejidos de trama uniforme y distinguible, y con menos frecuencia en tejidos de trama no uniforme, colocándoles encima un tejido de trama uniforme (cañamazo) que se retira hilo por hilo al finalizar el bordado.
Su gran difusión se puede deber a la gran posibilidad de elementos que ofrece, ya sean cenefas, dibujos, cuadros, alfabetos, etc. Se aplica tanto al bordado propiamente dicho como a la tapicería. En este caso, el punto de cruz se realiza sobre cañamazos previamente marcados, que muestran cada una de las regiones de cada color a bordar. La más importante particularidad del punto de cruz es su gran posibilidad de esquemas y dibujos en multitud de tejidos, aplicándose, entre otros, en mantelerías, colchas, paños, ropa de cama, toallas.
                              Realización
Se distinguen dos movimientos en el trabajo:
·         Ida y vuelta, que da una mejor calidad y apariencia al revés; y
·         Continuo, que se aconseja especialmente a la hora de bordar cenefas.
Así y todo, muchos esquemas de punto de cruz se apoyan en el pespunte (=punto lineal), usado para resaltar el dibujo, y, en menor medida, el punto de cadeneta y el punto pasado.
Materiales
·         Tela: Lino, tela aida o panamá, aunque gracias al cañamazo (¡no confundir con el de tapicería!) el punto de cruz se hace viable sobre cualquier tejido. Si por ejemplo, queremos bordar sobre una loneta, deberíamos centrar un retal de cañamazo, hilvanarlo y bordar según su trama el punto de cruz. Finalmente, se deshace el cañamazo tirando con sumo cuidado de sus hilos. Consejo: en esta situación se debe bordar con un poco más de la tensión normal, ya que, de lo contrario, al sacar los hilos, el bordado quedaría al aire, siendo susceptible de un enganche.
·         Hilos: Preferentemente, mouliné, 100% algodón y trabajado a dos hebras.
·         Agujas: Se recomienda el uso de una aguja corta, ya que permite aprovechar el costoso hilo al máximo. Si se borda sobre aida o panamá, se preferirá una sin punta (también llamada de punta roma), pero si trabaja sobre una tela más compacta, tupida, se deberá utilizar una aguja con punta afilada.

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